Tras el regreso a Coruña, pasadas las vacaciones, uno aprovecha sus últimos días estivales para hacer ese tipo de cosas que gusta hacer, pero que la rutina diaria del mundo real, impide llevar a cabo. Aprovecho para dormir largas horas, como si de una marmota se tratase, a dar esos paseos tan agradables y reconfortantes por la playa de Riazor en plena puesta de sol, a aprovechar el tiempo libre con el círculo de amistades y a despedir el verano como se merece.
Y es que septiembre para mí, siempre ha supuesto el final, y ha sido un mes extraño. En mi infancia y adolescencia siempre ha estado asociado a comenzar la temporada escolar, a volver al temido estudio y a dejar atrás esas amistades de verano, y esos agradables meses que nadie quiere que se acaben.
Ahora llega el otoño, de la mano del invierno, y con él la vuelta a la rutina, al trabajo y al estudio.
Por eso, hoy quiero despedir este Septiembre de 2009 como se merece, por las alegrías que me ha dado y por este año académico pasado, sin olvidarme de los veranos felices y pasajeros como el de éste año, declarándome feliz de que llegue tras su paso el invierno, y con él, buscar el calor bajo un buen abrigo y una buena bufanda, y por qué no, también, de una buena manta y una buena película en el salón de casa un domingo por la tarde mientras las gotas de lluvia salpican las ventanas en Coruña y mientras los copos de nieve invaden las maravillosas calles del paisaje madrileño.
Año académico nuevo, vida nueva ;)
Mucha suerte a todos, y no lo olvideis…mejor mañana! ;)

Fer