¿Cómo resumir nuestras vivencias durante un finde loco en Berlín III?
Domingo 21 de Septiembre
Increiblemente sin resaca, volvemos a desayunar al Dunkin Donuts con poco abrigo ya que (también increíblemente) hacía sol y el cielo estaba bastante despejado. Esta vez optamos por una mesa larga en vez de sillones y sin más imprevistos que que un hombre intentara llevarse el café de MartaP (wtf?) las chicas propusimos una visita fugaz a la par que obligatoria a Charlottenburg, el barrio con palacio y jardines incluidos.
Bajamos en la estación homónima y buscamos el palacio…emm, dos kilómetros… creo que estamos un poquito lejos… ¿andamos? ¿corremos? ¿cogemos el metro? Un amable transeunte nos cuenta las múltiples formas de llegar al palacio y escogemos la mejor: coger el bus y bajarnos a las 3 paradas justo delante del palacio. Con puntualidad alemana llega el bus y nos apretamos en él hasta llegar a nuestro destino, despidiéndonos de la frutería rusa de la estación. Empieza a chispear y a refrescar (- de camino al centro yo me voy al hotel y me pillo algo de abrigo, el sol este nos ha engañado), pero podemos hacernos las fotos de rigor con el palacio y visualizar los jardines (para recorrerlos no había tiempo, nos esperaban los museos). Volvemos, esta vez en autobús todo el recorrido, hasta Zoologischen Garten para coger algo de abrigo y hacer una visita rápidaa las habitaciones.
De ahí nos encaminamos a Warschauer Strasse (mmm, de qué me sonará esta calle… ah si! Que estuvimos ayer por la noche…) y tras unos cientos de metros llegamos:
Las prisas del grupo se debían a que teníamos pendiente una excursión al barrio turco. Alfredo se hizo fuerte consiguiendo un mapa y allí nos dirigió. Nosotras igualmente, a nuestro ritmo, mirando las vacías calles y la cantidad de restaurantes/puestos de donde salía un rico olor a comida… que hacía que nuestras tripas ya empezaran a quejarse, asi que para acallarlas sacamos las galletas. Mientras el grupo en cabeza sigue buscando dios-sabe-qué por el barrio (de hecho, creo que era un mercado ¿no?), el grupo de cola nos paramos en cada coche cuya matricula no empezase por B para ver si en el escudo veíamos de qué provincia venían.
En esto que nos paramos y nos dicen que no hay mercado, no recuerdo la razón, pero posiblemente porque no era ese día. Asi que buscamos algo para comer y no hay nada abierto… y son casi las 3, los museos cierran a las 6 y estamos casi en la otra punta. Afortunadamente, encontramos un Kebab abierto, asi al menos nuestra visita al barrio turco acaba con algo tipico (leer guía, apartado 3: “Tomarse un Kebab en el barrio turco de Kreuzberg”, misión cumplida).
Una vez comidos y con poco tiempo, llegan las dudas. No da tiempo a ver dos museos asi que hay que elegir: ¿Pérgamo o The Story?, ¿altar o bunker?, ¿altar o bunker?, ¿altar o bunker?... Nos decidimos por el Pérgamo, ya que ‘The story of Berlin’ pilla a desmano y se necesitarían 2 horas que no tenemos para visitarlo. Asi que cogemos el metro hacia
Momento de decisiones y de ver qué hacemos. Proponen el barrio soviético. Para mí se acabó lo de los barrios temáticos, asi que propongo una ruta más a lo City-berlinesa: ir al Bodemuseum y desde allí coger Friedrichstrasse, al Checkpoint Charlie (necesitabamos la foto de rigor), al Checkpoint Mini (si tienes un hermano cuyo mote es ése es visita obligada), ver el semáforo de Potsdamer Platz, la línea que nos indicaba por donde pasaba el muro y acabar por la mítica avenida Kurfusterdamm.
Así bien, nos dividimos. Al barrio soviético se van MartaG, Alfredo, Borja, Dani, Sergio y Nacho; y al City-tour nos vamos Elena, Leyre, MartaP, Alejandro, Adrián y yo. Empezamos en el Bodemuseum, mirando al río y planificando nuestro tour. Continuamos por Friedrichstrasse y sus innumerables establecimientos caros (Escada, Gucci, el Hilton…). Hacemos un tour de escaparates, muchos de ellos curiosos como el de unos zapatos observados por decenas de cámaras, buscando el producto más barato de una tienda y después su traducción al español (cinturón 400 €) y el escaparate de 12 tíos en paños menores que… ains, deducimos que era un equipo de fútbol. Llegamos a la tienda de Mini, y me hago la tipica foto estúpida tirada en el suelo mientras todos los transeúntes pasan (algunos se paran) y se parten de Leyre y de mí. Alejandro es feliz indicándoles a unos matrimonios maduros de españoles cómo llegar a su destino vía metro(U-bahn). Cruzamos Unter den Linden, nos pegamos a los escaparates de Bentley (MartaP, cuando sea millonaria te regalo uno de estos) y encontramos un gato gigante con luces cambiantes a modo de ojos para hacernos una foto con él (made in china).
Entramos en una tienda de regalos y nos despachamos a gusto de compras, cierran la tienda con nosotros dentro. Llegamos al Checkpoint Charlie y nos autobautizamos como “Los ángeles de Charlie, Checkpoint Charlie” mientras una panda de adolescentes alemanes se hacen fotos por el otro lado. Entonces… ¡Adrián descubre al vendedor de gorros de la guía en el puesto de al lado! Tras unos minutos de duda y medavergüenzas, Adrián se decide a preguntarle al hombre si es él y si se pueden hacer una foto. Y el hombre cuelga el teléfono, coge la guía, saca un Boli, se sienta y con toda la naturalidad del mundo firma un autógrafo, coge dos gorras (una para él y otra para Adrián) y posa para la foto. Un ídolo.
Recorremos el final de Friedrichstrasse (bajo un intenso ataque de risa) y llegamos a Potsdamer Platz, pasando por el Bundesrat. Allí se nos ocurre la idea de escenificar un intento de cruzar el muro. La víctima, cómo no, Alejandro y la soldado Leyre. MartaP, Elena y yo seríamos el muro y Adrián el fotógrafo. Más fotos: Leyre sola, Elena sola, Elisa fastidiandole la foto a Leyre, mira salen ¾ de mí, ½, finjamos ahora que estamos separados por el muro…
Llegamos al semáforo más antiguo del mundo y cual es nuestra sorpresa al ver que toda la plaza esta llena de alpacas!! (paja). ¡No todos los días se ve Potsdamer cual granja!
De ahí, el U-bahn a Kurfusterdamm… pero nos equivocamos y nos vamos a Kurfusterstrasse. Salimos del tren… ni dios en la estación (mal rollo número 1). Salimos de la estación, LSD: Sex shop + videoclub, y un repartidor de periódicos que a respuesta de “cómo llegamos a Zoologischen Garten andando” decía “por ahí” señalando la boca de metro (mal rollo número 2). Miramos a la izquierda…todo oscuro, derecha…todo oscuro, de frente…luz y luego todo oscuro, de espaldas…más de lo mismo (mal rollo número 3). Tras “yo me niego a ir por ahí”, tiramos recto y decidimos subirnos en la primera estación de S-bahn que pillemos… A todo esto, por ese camino una tía borracha-desequilibrada se le echa encima a Adrián (hipermega mal rollo). En la estación (menos mal que fue en el andén de enfrente), un tío loco gritaba cosas asli que para desestresarnos y relajarnos qué mejor tema de conversación que el uso de las esposas eróticamente. Ya en el tren, alivio y nos dirigimos al hotel (en el tren había señores alemanes majos que practicaban el español con nosotros aunque uno le guiñó el ojo a Elena).
Luego nos enteramos que el otro grupo sí había logrado ir a Kurfursterdamm, pero también habían pasado por el barrio chungo.
Por la noche, Elena, MartaP, Leyre y yo nos montamos la fiesta en la habitación con música de Abba y demás mientras el resto buscaban un lugar para salir cerca del hotel.
Como no encontraron nada, decidimos quedarnos en el bar del hotel y echar unos futbolines y billares. Tras muchas llamadas a nuestra habitación y congas, bajamos al bar donde ya estaban el resto con sus respectivas cervezas. Yo me tomé una con lima (me encantan los botellines), al igual que MartaG y Alfredo, Alejandro tiró por la cerveza con plátano y Borja y MartaP por el Smirnoff ( no recuerdo más bebidas…). Y de ahí a las míticas partidas de futbolín Sergio/Alfredo vs Leyre/Elisa en la que nos ganaron (por paliza, lo admitiré) por primera vez. Ahora bien, lectores objetivos, cuando un jugador está en desventaja es más fácil ganar ¿o no? ¿Creéis que está en su sano juicio alguien que cuando la bola se queda en tierra de nadie intenta soplar a través del cristal (el futbolín estaba tapado por un cristal) y se estampa contra él? Ahí queda.
La noche se acabó pronto para mí, el cansancio y un excesivo calor hicieron que volviera pronto a la habitación a seguir haciendo el capullo con ABBA. La partida de billar acabó con victoria de MartaP y Alejandro frente a Nacho y Dani.
Mañana: Tiergarten y la vuelta
Post anterior: Potsdam, Berlín y Pub Crawl
Berlín, arm aber sexy!!
Buenas,asique tu tambien te apuntas a esto de los blogs. Soy el primero en comentar este post que te ha quedado muy bien :) . Cada vez me convenzo mas de que en vez de estar unos mojandose buscando un bar y otras en la habitacion con abba teniamos que haber ido todos al museo erotico que lo teniamos cerca y era el mas importante del mundo!.
ResponderEliminarP.D: Gracias por recordarme lo de mi amija la loca sin dientes de kurfustersst.
¡Qué chulo el resumen, Elisa!
ResponderEliminarVeo que te has hecho un blog con Fernando, ¿eh? Que majos, lo pondré en mis favoritos (historial, marcadores o lo que sea) :p
Adrián, ¿la loca sin dientes? ¿No tenía dientes (o es una expresión :$) ? ¿? Otra cosa, ya que estoy, yo no cambiaría la noche de la habitación con abba por el museo erótico (quiero decir, más allá de lo evidente... no lo cambiaría por otra cosa, quiero decir.. jajaja, cómo lo pasamos! :p)
Volviendo a Berlín... ¡cómo lo pasamos ese día!, ¿eh? Al menos yo, me lo pasé bastante bien.
¡Vi las palomas de mi redacción! y me hice la debida foto con ellas (gracias Eli) mmm.. cuando tenga photoshop ya sé lo que tengo que hacer! xD
Y por lo demás... ¡Dios, cómo picaba la puñetera salsa del kebab!
Besiiitooos!
Chicos!!! Mis primeros comentaristas de Berlín! Ese día fue mítico, aunque claro también confuso, no sabía como me iba a salir el tema!
ResponderEliminarEspero que sigáis viendo el blog! un besazo!
P.S: Yo habría ido al museo erótico... al final os rajásteis...
Otra vez lo has clavado, Eli ^^
ResponderEliminarDebes añadir a tu estado mental de la noche del futbolín que tampoco recuerdas lo que bebió tu compañera xD
En fin, yo lo resumiría como un día un poco estresante con un gran final. Lo que me pude reír haciendo la foto del Checkpoint Mini, y luego en la habitación... aunque me hicierais soportar a ABBA :p