Mira raro a mi hermano y me dijo : "Sí, tenía que lavarlo... puedes mojarlo si quieres". Se ve que en exámenes nos dan ganas de hacer todo lo que no hacemos durante el curso: en mi caso es escribir en el blog, en el de mi hermano hacer inventario de los Playmobil y clasificarlos en cajas por temas: aquí el hospital, los obreros, los mineros, los deportistas, los piratas, los caballeros, el zoo, los indios... La familia Playmobil en cajas de 20x30 (cm). Recuerdo aquellos tiempos en los que las estanterías de mi casa no tenían libros sino Playmobiles y cada estante era una casa. De hecho, las casas se repartían por familias cada x tiempo (como cuando en el colegio la profesora decidía que tocaba cambiar y hacía un sorteo para ver cual era tu nuevo compañero de mesa). El piso de solteros era un cajón del escritorio y el hospital estaba encima de los CDs de música clásica. Todos y cada uno de los Playmobiles tenían nombre y usualmente trabajo: esto también era problemático, llega un momento en el que no sabes que trabajos ponerles y los ciclistas acaban siendo directores de centros comerciales ficticios. El caso de los nombres era más complejo ya que solo algunos se repetían y llegaba un punto en el que los confundías. De hecho, la última vez que pusimos nombre a dos Playmobiles (precisamente los del barco corsario) acabaron un poco mal (o bien, según se mire): eran Lander Montoya y Martxelin Franco Sesuldo... Lo confieso, cogimos los nombres de una página de nombres vascos.
Para acabar, os muestro un video que en realidad tenía que haber estado hecho por mí, lo tiene todo: ¡Playmobils, Barbies y Aqua!
Os dejo, espero que os haya gustado la regresión a la infancia, porque sé que en el fondo "os enterneceis cuando veis un Playmobil intentando beber ¡pero no puede!"